miércoles, 22 de marzo de 2017

Para saber más sobre el conjunto megalítico de Antequera

Recientemente hemos realizado una visita a la ciudad de Antequera y al Conjunto Megalítico de los Dólmenes. Para los que quieran saber más sobre éste conjunto megalítico y para aquellos que no pudieron acompañarnos, aquí os dejo un resumen.


Sin lugar a dudas, Los Dólmenes de Antequera son uno de esos lugares espectaculares de obligada visita para todos los amantes de la cultura prehistórica y una cita fundamental para todos los viajeros. Y es que el complejo dolménico antequerano cuenta con tres hallazgos de especial importancia en el mundo del megalitismo español y también europeo. Son los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral, increíbles vestigios de la cultura funeraria de la Edad de Bronce en la Península.
Situados alrededor de tres kilómetros, a las afueras de Antequera, la historia y el misticismo se dan la mano en el considerado mejor conjunto dolménico de España, compuesto por los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral. Estas huellas arqueológicas fueron testigo de poblados existentes hacia el 2000 a.C. y 1800 a.C, años en que se fechan sus construcciones, que han soportado el peso de siglos de historia y han sido y son objeto de múltiples estudios e investigaciones.
Uno de los monumentos megalíticos más singulares e importantes de Europa: el Conjunto Megalítico de los Dólmenes de Antequera. Y es que no es exagerado definirlo con estas palabras, ya que nos encontramos ante unos megalitos que se pueden equiparar en importancia arquitectónica e historiográfica a otros conjuntos megalíticos muy conocidos como por ejemplo Stonehedge en las Islas Británicas.
Mucho menos conocidos que su hermano británico, estos megalitos se encuentran en Antequera (Málaga), en un cruce de caminos natural, entre la Baja y la Alta Andalucía. Se encuentran en territorio de la vega de Antequera, pero en elevadas posiciones que les dan unas vistas de su entorno inmejorables. El conjunto está compuesto por tres construcciones megalíticas: el Dolmen de Menga, el Dolmen de Viera y el Tholos de El Romeral.
Antes de adentrarnos en las particularidades de este conjunto veo necesario comentar unas breves características del megalitismo en general.
El megalitismo es un fenómeno arquitectónico que se puede rastrear a lo largo de toda la franja atlántica, desde las Islas Británicas hasta el sur peninsular. Es una arquitectura propia de los pobladores de finales del Neolítico y principios del Calcolítico. Los especialistas están de acuerdo en que es un fenómeno de carácter funerario, ya que en estas estructuras arquitectónicas se han encontrado inhumaciones colectivas, práctica característica de las poblaciones de la Edad del Cobre.
Aún se desconoce cómo se pudo extender este fenómeno arquitectónico por un territorio tan amplio, y son frecuentes los debates sobre quiénes fueron sus constructores y si tenían otra intencionalidad adicional que no fuera solo la funeraria. Por una parte, algunos investigadores defienden que son producto de sociedades inicialmente jerarquizadas en la cual los jefes coordinan a una gran masa popular para la construcción de los megalitos con fines de cohesión social. Por otra parte, otro dilatado grupo de investigadores los definen como producto de una amplia sociedad que se encuentra todavía dividida en clanes familiares y que se reúnen para construir estos monumentos en honor de remotos ancestros comunes. Los primeros creen que las construcciones son obra de sociedades plenamente sedentarias que viven cerca de estos monumentos y los utilizan, además de como símbolo de cohesión social bajo un líder, como lugar de enterramiento para el colectivo. El segundo grupo de investigadores defienden que son obras realizadas por clanes seminómadas que viven en un amplio radio del monumento y que lo utilizan con fines ritualísticos en determinadas épocas del año (solsticios y equinocios), donde se reúnen y celebran fiestas en honor a sus ancestros.
Sea como fuere, la realidad es que estos monumentos implicaron un gran esfuerzo por parte de un colectivo amplio para su construcción y mantenimiento, y claramente, estos colectivos enterraban a sus difuntos al amparo de estos grandes monumentos.
Centrándonos en su arquitectura, dentro de los monumentos megalíticos se pueden distinguir distintas estructuras: por un lado podemos encontrar simples estructuras monolíticas llamadas menhires que normalmente se encuentran asociadas a estructuras megalíticas más grandes y que se caracterizan por mantener con estos una unión visual en el territorio. El tipo más común es el dolmen, que consiste en una estructura megalítica formada por grandes piedras (ortostatos) hincadas en el suelo y cubiertas por otros ortostatos de mayor tamaño que hacen las veces de techo. Normalmente suelen tener un único ortostato de cubierta, pero como veremos a veces, estas estructuras se vuelven más complejas. Por último debemos nombrar a los tholoi, estructuras megalíticas más comunes en el mundo mediterráneo que en el atlántico, y que en vez de estar compuestas por grandes piedras se componen de paredes de pequeñas piedras en hileras que forman grandes estructuras megalíticas.
Una vez hecho este repaso de las características principales de los megalitos podemos adentrarnos en el ejemplo que nos ocupa el artículo. Como ya he dicho antes, en Antequera tenemos tres magníficos ejemplos de monumentos megalíticos, cada uno con sus peculiaridades, pero todos bien documentados, excavados y con una larga lista de interpretaciones y publicaciones.
Estas construcciones megalíticas, reconocidas como monumentos histórico-artísticos, forman parte de un conjunto declarado como Zona Arqueológica por el Gobierno andaluz hace dos años. Además de los dólmenes, conforman este conjunto el poblado calcolítico del Cerro de Marimacho y una villa romana, extendiéndose alrededor de más de 200.000 metros cuadrados.

Dolmen de Menga, principal exponente de la necrópolis
El primero de ellos es el Dolmen de Menga. Es el que se conoce primero y tenemos documentos que hablan de él desde el siglo XVI. Es una estructura dolménica compleja; de hecho es posiblemente uno de los dólmenes más grandes de toda Europa. Está compuesto por un atrio de entrada, un corredor y una cámara. Como ya había comentado antes, normalmente los dólmenes están compuestos por un número de 3 a 6 lajas hincadas y una sola losa de cubierta. El dolmen de Menga está compuesto por 25 ortostatos hincados en el terreno, 5 ortostatos de cubierta y 3 pilares en su interior que sostienen estos ortostatos del techo. Como se puede observar la magnitud del monumento es excepcional. Muchas interpretaciones ha recibido este dolmen. Las más antiguas lo veían como un lugar de sacrificios humanos y prácticas diabólicas; después se interpretó como una fortaleza, como un lugar de rituales druídicos celtas y por último como una estructura colectiva funeraria. Cada interpretación era hija de su época, pero lo que si es cierto es que este dolmen ha alimentado decenas de mitos a lo largo de su historia conocida y muchos de ellos siguen aún hoy vivos, sobre todo porque el dolmen está claramente relacionado visualmente con la Peña de los Enamorados, una curiosa formación geológica que también es fuente de muchos mitos en los alrededores. Este dolmen actualmente es interpretado como una construcción funeraria y lugar de cohesión social, tanto de un colectivo concreto, como de distintas poblaciones que se reunirían para celebrar fiestas relacionadas con los cambios de estaciones. Se ha fechado su construcción a finales del Neolítico, con un uso continuo a lo largo de toda la Edad del Cobre.
Es el único de los tres dólmenes que tiene unas inscripciones de figuras antropomórficas, situadas en la primera losa de entrada a la izquierda. Y es que, por todas sus singularidades, el dolmen es considerado como uno de los más importantes de toda Europa.

Se localiza sobre una pequeña elevación frente a la vega antequerana y está orientado hacia la Peña de Los Enamorados, hecho que le confiere un carácter casi excepcional. Así, llama la atención que, mientras que la mayoría de los sepulcros megalíticos hallados en la región andaluza se orientan directamente hacia el este, hacia la salida del sol, el dolmen de Menga se encuentra "mirando" a la Peña de los Enamorados. Parece que la peña pudiera ser un lugar de ceremonias, tal como demuestran las pinturas rupestres encontradas en ella, y la orientación, en este caso, sería una forma de rendir tributo a este sitio.

Viera 
Nuestro segundo protagonista es el Dolmen de Viera. Se trata de otro dolmen complejo. Se encuentra situado a escasos metros del anterior dolmen citado y está compuesto por un corredor y una cámara cuadrada. Está formado por 30 ortostatos hincados que forman el corredor y 4 losas de cubierta; aunque seguramente tendría el doble, pero no se han conservado. La cámara está compuesta por 4 ortostatos hincados y una losa de cubierta. Los ortostatos de este monumento son más numerosos que los del anterior pero más pequeños, y su tamaño general también es más pequeño. Este monumento fue descubierto oficialmente en 1903 por los hermanos Viera, de ahí su nombre, aunque en documentos más antiguos ya se cita la posibilidad de que existiera otra estructura cercana a Menga pero que era imposible de explorar por ser inaccesible su entrada. De todas formas, cuando fue descubierto, ya se pudieron identificar varios agujeros en los ortostatos debido, sin duda, a saqueadores y cazatesoros. La historia de las interpretaciones de este dolmen fue de la mano del anterior, asignandosele las mismas teorías de cada época. Actualmente se interpreta como otro monumento funerario colectivo y posiblemente con carácter ritual. Se ha datado mediante carbono 14 su construcción entre el 2800 y el 2600, en pleno Calcolítico antiguo.

Éste, sí está orientado hacia la salida del sol. Se trata de un sepulcro de galería cubierta, formada por un corredor de acceso y una cámara de sección cuadrada a la que se accede por medio de una puerta labrada en un monolito. El corredor, de 19 metros, se conserva completo en un espacio formado por ocho ortostatos a la derecha y siete a la izquierda, mientras que la cámara es una habitación formada por cinco grandes losas, cuatro que forman las paredes y una cobija a nivel con el corredor. Sobre todo ello descansa un túmulo de tierra.

El Romeral
El último monumento megalítico que podemos encontrar en el Conjunto es el Tholos de El Romeral. Este monumento se encuentra a unos 5 kilómetros de los otros dos, pero con una unión visual entre ellos excepcional. Se trata de un tholos o monumento megalítico de corredor y ‹‹falsa cúpula››. Como ya he dicho antes, este tipo de monumentos megalíticos es inusual en la fachada atlántica y es más característico de poblaciones mediterráneas, sobre todo del Egeo. Su método de construcción es totalmente diferente al de los dólmenes. Se construye con hileras de pequeñas piedras que van formando las paredes, está compuesto por una cámara principal, una secundaria, y corredor. Además del cambio en el material de construcción también cambia de forma sustancial la arquitectura del monumento, ya que la cámara es redonda y construida también con hileras de piedras que van formando unas paredes abovedadas que dan la sensación al final de ser una cámara con cúpula, de ahí el nombre de ‹‹falsa cúpula›› para este método de construcción. El monumento fue descubierto en 1905, por los hermanos Viera y, pese a que no tenemos citas en documentos más antiguos, también se observaron en él agujeros de cazatesoros.
El descubrimiento de este último monumento abrió en la historia de las interpretaciones un punto que no se había señalado antes: la posibilidad de que estos monumentos hubiesen sido construidos por gentes foráneas. Esto se explica porque las primeras interpretaciones sobre el monumento utilizaban la comparativa con otros monumentos del oriente mediterráneo, como los círculos tumulares de Micenas, que seguían un método constructivo muy parecido al de El Romeral. Las interpretaciones actuales descartan que fuera construido por orientales, ya que la construcción de este monumento es mucho anterior a los que aparecen en el Egeo. Hoy en día se interpreta como un método constructivo evolucionado de la estructura dolménica de sus otros dos hermanos. Esta teoría se apoya en que la construcción de El Romeral está datada en el Cobre Pleno, después de los otros dos monumentos pero mucho antes que los tholoi orientales. Por último hay que decir que El Romeral también se ha interpretado como monumento funerario colectivo.
Como conclusión, decir que vamos a visitar unos excepcionales monumentos megalíticos propios de nuestro patrimonio, desgraciadamente no tan conocidos como deberían y que no tienen nada que envidiar,a monumentos megalíticos tan importantes como el de Stonehedge en Inglaterra.


Monumentos de interés nacional e internacional
El conjunto ha sido declarado como Patrimonio de la Humanidad recientemente. Y es que las construcciones de tipo dolménico, de grandes o pequeñas dimensiones, son comunes en la comunidad andaluza, especialmente en las provincias de Almería, Málaga, Huelva y Cádiz.



Así, tanto es el interés que suscitan Los Dólmenes de Antequera, que su valor cultural, histórico y monumental ha traspasado las fronteras españolas para ser el centro de atención de una exposición en un museo de Holanda. Se trata de una exposición que se celebró entre 2010 y 2011. 

Fué un día estupendo;  lo pasamos fenomenal y aprendimos mucho. Aquí os dejo unas fotos de la visita a la ciudad de Antequera y al conjunto megalítico. Las fotos son gentileza de nuestra amiga Elvira.


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