martes, 28 de enero de 2014

Amadeo I, rey de España

Aquí os dejo una pequeña semblanza del rey Amadeo I , para ir abriendo boca. Como sabéis, es éste el periodo histórico que estamos viendo en el Club de Lectura, a través de la novela "La reina de las lavanderas" de Carmen Gallardo.

Amadeo de Saboya


La dinastía borbónica sufrió una segunda interrupción histórica en 1868. El triunvirato rebelde que consiguió derrocar a Isabel II, formado por Prim, Topete y Serrano, deseaba para un España un rey extranjero que no fuera Borbón y así quedaría expresado en la Constitución de  1869.  La búsqueda laboriosa de un nuevo rey acabó con la elección por las Cortes, entre la pléyade de pretendientes a la codiciada vacante real, del príncipe Amadeo de Saboya, duque de Aosta (1845-1890), segundo hijo del rey Víctor Manuel II de Italia  y de la archiduquesa  María  Adelaida de Austria.
Amadeo era un joven de buen  porte, tez morena, esbelta figura y facciones proporcionadas. En lo moral, escribe el Conde de  Romanones[1]  no ofrecía rasgo alguno sobresaliente, salvo su valor personal bien probado, falta de ambición y ferviente catolicismo. Ya conocía España pues en 1865 había viajado a Madrid con la idea de casarse con la princesa de Asturias (la “Chata”) y se había quedado prendado de las corridas de toros… y de las mujeres españolas. Digamos que durante toda su vida, Amadeo fue un mujeriego impenitente, rasgo heredado de su padre, “il re galantuomo”.

Maria Victoria dal Pozzo y de la Cisterna


En 1867, Amadeo olvidados sus escarceos en España, casó con María Victoria  dal Pozzo y de la Cisterna (1847-1876), “la Rosa de Turín”, hija de una acaudalado aristócrata, Manuel del Pozzo, príncipe de Cisterna y de Luisa de Mérode, de la nobleza belga. María Victoria, dos años menor que Amadeo  era “un dechado de perfecciones, lo mismo en lo  moral que en lo físico”, culta, discreta e inteligente. “Belleza para reina poco espectacular- así la definió el Conde de Romanones- como gran señora completa”. En 1869, el matrimonio tuvo su primer hijo, Manuel Filiberto.
Cuando Amadeo desembarca en Cartagena,
 acaba de  morir asesinado su principal valedor, el general Prim. Consternado, Amadeo se dirigió a Madrid donde acudió primero a la Basílica de Atocha para rendir postrero homenaje a los restos de Prim y luego a las Cortes para jurar la Constitución de 1869 convirtiéndose en Amadeo I. Seguidamente, con parada en el Ministerio de la Guerra para dar el pésame a la viuda del caudillo asesinado, marchó, entre la indiferencia de los madrileños al Palacio Real, quedando admirado del número inmenso de habitaciones.   Hasta 1871 no se reuniría con él su esposa, que estaba reponiéndose de su segundo parto, otro varón, nacido en 1870, de nombre Víctor Manuel, tiempo libre que el soberano aprovechó  para estrechar vínculos con las españolas, ente ellas con Adela de Larra, “la dama de las patillas” hija del famoso escritor. En 1873 los reyes tuvieron en el  Palacio Real un tercer hijo, Luis Amadeo que llegaría ser un célebre explorador y aventurero. Por cierto que María Victoria acostumbraba a amamantar personalmente  a sus hijos, prescindiendo de la ayuda de nodrizas, lo que causó escándalo entre la nobleza española.

El reinado de Amadeo I fue breve, tan solo 722 días, en los que hubo  seis crisis de gobierno, un intento de regicidio y una guerra civil con los carlistas. Finalmente, las turbulencias políticas, la hostilidad de la mayor parte de la aristocracia y de la Iglesia y la indiferencia del pueblo llano, le llevaron a la decisión de abdicar el 11 de febrero de 1873.


María Victoria murió  en San Remo el 8 de noviembre de 1887, a los veintinueve años, víctima de tuberculosis. Amadeo sobrevivió a su esposa  catorce años y tuvo tiempo de casarse  por segunda vez con su sobrina Leticia Bonaparte, de quien tendría un nuevo hijo, Humberto, que murió luchando en la Gran Guerra.
Amadeo I de Saboya, el rey efímero, falleció el 18 de enero de 1890, víctima de la gripe que asolaba Europa.

Extraido del blog de Manuelblas. Historia y personajes. Gracias.

7 comentarios:

chantal dijo...

esta novela me abrió la mente sobre un periodo, poco conocido, de la Historia española : personajes, anecdotas, hechos reales o ficticios PERO que amenizan la lectura ...¡ Valía la pena conocer a Maria Victoria !

chantal dijo...

Acabo de descargar con papyref , "Amadeo I" de Perez Galdós y "Sangre en la calle del Turco" de Jose Calvo Poyato
A ver si me aclaran algo sobre este LIOSO periodo.....

joaquín dijo...



Es cierto, no era el momento de Amadeo ni tenía nada a su favor, solo Prim que ya no estaba.
Pero reinar, reinar... sabemos sin sancionó alguna ley... era un liberal, pero ¿como se definía respecto a la esclavitud?, ¿a favor o encontra? ¿y sobre las colonias? ¿y sobre la guerra de África?
¿Sabemos de alguna medida en el marco de la economía? ¿Alguna medida para modernizar la administración? ¿Cómo orientó su política exterior? ¿Aprendió español en casi sus 3 años?
¿Pero reinó de verdad o fue una sobra siempre de perfil de cuidada barba y saltando de cama en cama?
Amadeo
fugaz,
sin gracia,
se fue sin formar jaleo

joaquín dijo...

ya tiene fecha de celebración las V Jornadas de "Historia y Etnografia de la Villa de Mijas".
El viernes, 21 de febrero de:
de 18 a 21 horas
Y el sábado, 22 de febrero:
de 10 a 13 horas y
de 17 a 19.30 horas
Son 18 conferencias, como de 1/2 hora de duración cada una, y todas o sobre todas algunas, muy interesantes.
Ya sabéis, Salón de Plenos de Mijas Pueblo. Entrada gratuita y además el 1º día te regalan 2 libros con las conferencias de la edición anterior.
Yo he ido las 3 últimas ediciones y tampoco me perderé esta.

Anónimo dijo...

Muy interesantes los comentarios de mis compañeros de clase. Ahí mando el enlace de lo que comenté del documental que había visto en Canal sur. No se si se podrá ver a través de éste medio.
http://alacarta.canalsur.es/television/video/trinidad-grund--una-historia-sumergida/652454/127
Mª Mercedes.

Anónimo dijo...

Joaquin, no se le puedse pedir peras al olmo. Lola ROMERO

Anónimo dijo...

Joaquin, no se le puedse pedir peras al olmo. Lola ROMERO