Series Completas Edición realizada por Calcografía Nacional Del 5 de Octubre al 16 de Diciembre Patrocina : Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Benalmádena. Organiza : Comisariados y Cultura y Centro de Exposiciones de Benalmádena Comisaria: Marisa Oropesa Inauguración : Viernes 5 a las 19:30 horas
En esta exposición se aúnan dos de las cuatro Grandes Series de Grabados realizadas por el genial pintor y grabador Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos, 1828): Los Caprichos y Los Desastres de la Guerra. Un total de 160 obras de uno de los artistas cumbres de la Historia del Arte que, con su extraordinaria capacidad, se convirtió en la figura clave e indispensable para el desarrollo del Arte Moderno.
En 1799, tras ser nombrado Primer Pintor de Cámara en la Corte de Carlos IV, Francisco de Goya pública la serie Los Caprichos, compuesta por ochenta grabados. Con ella demuestra ser un intelectual ilustrado, capaz de criticar con su maestría los excesos de la sociedad de su tiempo. De este modo, la serie es una sátira de la sociedad española de finales del siglo XVIII, especialmente de la nobleza y del clero.
Los Caprichos podríamos dividirlos en dos partes diferenciadas, en la Primera, critica desde la razón y en la Segunda desde el absurdo, creando unos grabados fantásticos que le sirven para denunciar los abusos sociales. Es, en esta ultima parte, donde utiliza recursos de la caricatura italiana, las facciones de los protagonistas están exageradas y en algunos casos añade rasgos de animales a los rostros para resaltar los vicios y las torpezas humanas. Los asuntos tratados tienen que ver con la religión, la moralidad, el amor, el matrimonio, la seducción, el rapto, la violación, la superstición, la brujería, los desmanes de la Inquisición, la vanidad o la charlatanería.
En 1808, los acontecimientos que desencadenaron la crisis del Antiguo Régimen y la invasión francesa, provocaron el estallido de la Guerra de la Independencia en España.
Francisco de Goya, plasma el momento histórico del que fue testigo a través de su relevante visión, como ocurre en Los Desastres de la Guerra, serie de grabados que realizó entre los años 1810 y 1815.
Goya fue testigo directo de uno de los principales frentes de la Guerra de la Independencia Española al ser llamado por el General Palafox para que presenciara y representara los asedios que sufrió Aragón durante los Sitios de Zaragoza.
El maestro, no nos muestra la Guerra como si fuera un gran acontecimiento histórico, tal y como hacían otros artistas que representaban únicamente las victorias bélicas como grandes hazañas. Su visión desgarradora de una situación terrible parece precursora del trabajo actual de los reporteros de Guerra que nos acercan al horror del conflicto.
La serie Los Desastres de la Guerra está compuesta por tres partes: en la Primera (estampas 1 a 47) el maestro se centra en representar la guerra. En ellas nos muestra el terror y el miedo a través de personajes desfigurados que nos acercan a la cara más terrible del conflicto. En una Segunda parte (estampas 48 a 64) apreciamos las consecuencias terribles de la guerra: el hambre, la carestía, la desolación… Por último, la Tercera (estampas 65 a 80), también conocida como los “Caprichos enfáticos”, plasma una reflexión social y política muy crítica.
Goya supuso un antes y un después en el desarrollo de la Pintura. Su modernidad aplasta los cimientos de la tradición y siembra la semilla de los nuevos movimientos artísticos. El artista expresa su opinión con plena libertad. Esa libertad es la herencia más importante que Goya lega al arte moderno.
Es su legado lo que le corona como el elemento inspirador y precursor de movimientos como el Romanticismo, el Impresionismo, el Expresionismo y, sin duda, el Surrealismo más puro. Al romper todos los moldes de su tiempo, Goya anticipó las corrientes artísticas de los siglos XIX y XX.