jueves, 12 de junio de 2014

Comida final de curso

Hola a todos.
Se acerca el final del curso y por lo tanto de nuestras reuniones semanales. Ya sabéis que durante los meses de julio y agosto hacemos un descanso para volver a retomarlas en septiembre.
Como ya viene siendo habitual, los miembros del club de lectura nos reuniremos a comer para despedir el curso.
Este año la comida será el día 27 de junio en el restaurante "La Solera" . Los que no habéis venido a las últimas reuniones y tenéis previsto asistir, podéis poneros en contacto con la compañera Chantal que es quien lo está organizando, o conmigo en la biblioteca.
Esperamos veros a todos por allí.
(No obstante las reuniones continuarán hasta el día de la comida).

La mayoría de Alfonso XII

Hola a todos.
Seguimos con la publicación de trabajos. Esta vez le toca el turno a nuestra compañera Lola Romero. Lo transcribo literalmente y aprovecho para darle las gracias a Lola.


MAYORIA DE EDAD DE ALFONSO XII
Alfonso nació en el Palacio Real de Madrid el 28 de noviembre de 1857.Hijo de la reina Isabel II y Francisco de Asís
Alfonso, que recibió el título de príncipe de Asturias tras su nacimiento, tenía cuatro hermanas: la infanta Isabel, condesa de Girgenti (1851-1931), la infanta María del Pilar (1861-1879), la infanta María de la Paz, princesa de Baviera (1862-1946) y la infanta María Eulalia, duquesa de Galliera (1864-1958).
Entre los preceptores del joven príncipe Alfonso se hallaban José Isidro Osorio y Silva-Bazán y el arzobispo de Burgos, este último elegido por la propia reina Isabel tras consultar con el papa Pío IX.
Derrocamiento de la monarquía isabelina y educación
En 1868, siendo aún un niño, su madre fue destronada por la Revolución de 1868 conocida como La Gloriosa. La Familia Real se instaló por separado en París. La salida a Europa del joven príncipe, supuso una experiencia inestimable, al encontrarse así con otros sistemas políticos como el francés, el austríaco o el británico. De hecho, Alfonso fue el primer príncipe de Asturias que se formó en centros educativos y militares extranjeros.
Alfonso XII estudio en diferentes Academias de Paris, Ginebra, Viena e Inglaterra.
De la correspondencia de Alfonso con su madre la Reina durante todas sus estancias en los distintos colegios y academias, se pone de manifiesto la relativa estrechez económica en que se movía la familia.
Alfonso XII de España
El 25 de junio de 1870, su madre, la reina, renuncia a sus derechos dinásticos en un documento firmado en París, a favor de su hijo Alfonso. Cuatro años más tarde, el 1 de diciembre de 1874, Alfonso hizo público el Manifiesto de Sandhurst, presentándose a los españoles como un príncipe católico, español, constitucionalista, liberal, y deseoso de servir a la nación.
El 29 de diciembre de 1874 se produjo la Restauración de la monarquía al pronunciarse el general Martínez-Campos en Sagunto, (Valencia) a favor del acceso al trono del príncipe Alfonso. En aquel momento, el Jefe del Estado era el general Serrano, impuesto a raíz del golpe de Estado del general Pavía que había supuesto la caída de la inestable Primera República. El Jefe del Gobierno provisional era Práxedes Mateo Sagasta. En enero de 1875 llegó a España y fue proclamado Rey ante las Cortes Españolas.
Su reinado consistió principalmente en consolidar la monarquía y la estabilidad institucional, reparando los daños que las luchas internas de los años del llamado Sexenio Revolucionario habían dejado tras de sí, ganándose el apodo de «el Pacificador». Se aprobó la nueva Constitución de 1876 y durante ese mismo año finalizó la guerra carlista, dirigida por el pretendiente Carlos VII (el propio monarca hizo acto de presencia y acudió al campo de batalla para presenciar su final). Los fueros vascos y navarros fueron reducidos y se logró que cesaran, de forma transitoria, las hostilidades en Cuba con la firma de la Paz de Zanjón.
Alfonso XII realizó en el año 1883 una visita oficial a Bélgica, Austria, Alemania y Francia. En Alemania aceptó el nombramiento como coronel honorario de un regimiento de la guarnición de Alsacia, territorio conquistado por los alemanes y cuya soberanía reclamaba Francia. Este hecho dio lugar a un recibimiento hostil al monarca español por parte del pueblo de París durante su visita oficial a ese país.
Alemania trató de ocupar las Islas Carolinas, en aquel momento bajo dominio español, provocando un incidente entre los dos países que se saldó a favor de España con la firma de un acuerdo hispanoalemán en 1885.
Ese mismo año se desató una epidemia de cólera en Valencia que se fue extendiendo hacia el interior del país. Cuando la enfermedad llegó a Aranjuez, el monarca expresó su deseo de visitar a los afectados, a lo que el Gobierno de Cánovas del Castillo se negó por el peligro que ello entrañaba. El rey partió entonces sin previo aviso hacia la ciudad y ordenó que se abriera el Palacio Real para alojar a las tropas de la guarnición. Una vez allí, consoló a los enfermos y les repartió ayudas. Cuando el Gobierno conoció el viaje del soberano, envió al Ministro de Gracia y Justicia, al Capitán General y al Gobernador Civil para que le llevasen de vuelta a Madrid.
Cuando llegó, el pueblo, enterado del gesto del rey, le recibió con vítores y, retirando a los caballos, condujo al carruaje hasta el Palacio Real.
Poco tiempo después, el 25 de noviembre, Alfonso XII murió de tuberculosis en el Palacio de El Pardo, en Madrid.
Matrimonios e hijos
Alfonso XII se casó dos veces; con su prima María de las Mercedes de Orleans, hija de los duques de Montpensier, contrajo matrimonio el 23 de enero de 1878; desgraciadamente, la Reina murió de tifus cinco meses después, y en segundas nupcias el rey se casó con María Cristina de Habsburgo-Lorena (29 de noviembre de 1879), prima segunda del emperador Francisco José I de Austria. Tuvo tres hijos fruto de su segundo matrimonio:
 María de las Mercedes (1880–1904), infanta de España y princesa de Asturias.
 María Teresa (1882–1912), infanta de España.
 Alfonso XIII (1886–1941), rey de España desde su nacimiento, pues éste se produjo después de la muerte de su padre.
Además de su prole legítima, Alfonso XII dejó al menos dos hijos ilegítimos con la contralto Elena Sanz:
 Alfonso (1880-1970)
 Fernando (1881-1922)
 La viuda de Alfonso XII, María Cristina fue regente de España hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII, en 1902.
El sistema canovista. La Constitución de 1876 y el turno de partidos
El sistema político de la Restauración está absolutamente ligado a la figura de Antonio Cánovas del Castillo. Antiguo ministro de la Unión Liberal, su pensamiento político fue reaccionario y antidemocrático, siempre fue contrario al sufragio universal. Sin embargo, fue un político pragmático y realista que buscó el consenso entre las fuerzas liberales en las que se cimentó el
régimen de la Restauración. Tras ser el artícife de la vuelta al trono de los Borbones y configurarse como la gran figura política del nuevo régimen, fue asesinado en 1897 por el anarquista Angiolillo.
Cánovas era partidario de mantener a los Borbones y el viejo sistema liberal antidemocrático basado en el sufragio censitario. Defendía la idea moderada de la soberanía compartida de Rey y Cortes, en un punto intermedio entre el Antiguo Régimen y monarquía democrática de 1869.
Sin embargo, era consciente de que era necesario renovar el agotado programa de los moderados. Estas eran las novedades que propuso:
 Alfonso XII debía reemplazar a la impopular Isabel II. Cánovas consiguió que la reina renunciara a sus derechos al trono en 1870.
 Había que terminar con las continuas intervenciones del Ejército, fuente continua de inestabilidad política.
 Había que crear un sistema bipartidista basado en dos partidos burgueses que pacíficamente se fueran turnando en el poder. Estos dos partidos serían el que él creo, el Partido Conservador, que debía sustituir al agotado partido Moderado, y el Partido Liberal, dirigido por el antiguo progresista Práxedes Mateo Sagasta, que sería el heredero de los ideales de 1869 adaptados a los límites del sistema canovista.
La Constitución de 1876
El régimen de la Restauración se dotó de una nueva constitución que, en lo fundamental, es heredera de la moderada de 1845. Se reunieron unas Cortes constituyentes con mayoría canovista. En ellas se debatió y aprobó un anteproyecto redactado por Alonso Martínez, aunque su verdadero inspirador fue el propio Canovas del Castillo.
Principales rasgos de la Constitución:
 Soberanía compartida Cortes con el Rey. Lo que significaba la negación de la idea de soberanía nacional.
 Cortes Bicamerales:
o Congreso elegido
o Senado en el que se representan las clases poderosas del país:
 senadores “de derecho propio”: Grandes de España y jerarquías eclesiásticas y militares
 senadores “vitalicios”, nombrados por el rey
 senadores elegidos por sufragio
. EL TURNO DE PARTIDOS• El denominado turnismo se basó en la alternancia pacífica de los partidos en el poder. El partido conservador estaba dirigido por Antonio Cánovas del Castillo. El partido liberal estaba dirigido por Mateo Sagasta.
.
• Ambos partidos coincidían en la defensa de la monarquía y la constitución y debían alternarse de forma pacífica en el poder mediante elecciones.
Pero, ¿cómo era realmente el turno de partidos?• Las elecciones estaban manipuladas y amañadas utilizando trampas electorales como el pucherazo.
Los caciques, individuos de poder económico y político en el ámbito local, ejercían presión sobre los electores para indicar a quien se debía votar.

Tratado de Paris.

Hola a todos.
Como ya anuncié hace unos días, vamos a ir publicando los trabajos que los miembros del club de lectura han ido desarrollando y exponiendo en las reuniones. Hoy le toca el turno al "Tratado de París", realizado por la compañera Elvira Parejo. Lo transcribo literalmente.

TRATADO DE PARÍS

             La crisis de 1898 representó un giro importante en la política colonial española. Hasta esa fecha, España mantuvo los últimos restos de su primer Imperio colonial de ultramar en América y el Pacífico, y desde esa fecha reorientó sus intereses coloniales hacia la construcción de un segundo Imperio colonial en África con el establecimiento y consolidación de su soberanía en los territorios de Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental, Ifni y la zona norte de Marruecos, que mantuvo hasta los años de la descolonización a mediados del siglo XX. La crisis del 98 tuvo amplias consecuencias y repercusiones en la acción española en África. La presencia de España en el continente vecino tenía entonces una tradición de siglos, ya que sus inicios se remontan a finales del siglo XV, pero se reactivó y se intensificó desde comienzos del siglo XX, tras la derrota y la pérdida de las últimas colonias ultramarinas españolas: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Micronesia.

          El Tratado de París de 1898 se considera como el punto final del imperio español de ultramar y el principio del período de poder colonial de los Estados Unidos.
         La guerra hispano-estadounidense había tenido un desenlace rápido y previsible, debido a la superioridad armamentística estadounidense. A finales de julio de 1.898, y todavía en plena guerra, España comienza a negociar el fin de las hostilidades mediante el embajador francés en Washington, Jules Cambon.
         España temía que el conflicto se trasladara al otro lado del Atlántico y se pusieran en peligro las islas Canarias, las islas Baleares y las demás posesiones africanas en el norte de África y Guinea Ecuatorial.

NEGOCIACIONES
             Los miembros de la delegación estadounidense eran: William R. DayWilliam P. FryeCushman Kellogg DavisGeorge Gray y Whitelaw Reid. Curiosamente, y en contra de las más elementales normas democráticas, la delegación contaba con tres senadores (quienes lógicamente habrían de votar más tarde a favor de la ratificación de sus propias propuestas).
            La delegación española contaba con los siguientes diplomáticos: Eugenio Montero RíosBuenaventura de AbarzuzaJosé de GarnicaWenceslao Ramírez de Villa-UrrutiaRafael Cerero, además del citado diplomático francés, Jules Cambon.
           Las negociaciones se llevaron a cabo en el Ministerio de Asuntos Exteriores en París. Durante la primera sesión, el 1 de octubre de 1898, los españoles pidieron que antes de ponerse oficialmente en marcha las conversaciones, se devolviera la ciudad de Manila al gobierno español, ya que había sido capturada por los estadounidenses horas después de la firma del protocolo de paz en Washington. Los norteamericanos se negaron a considerar esta circunstancia.
            Durante casi un mes, las negociaciones giraron en torno a Cuba. Los dirigentes de EE.UU. temían que tras la larga campaña propagandística llevada a cabo en los medios de comunicación de EE.UU., la opinión pública se volviera en su contra si hubieran pretendido anexionarse la isla, como hicieron con Puerto Rico, Guam y las Filipinas. Otro tema que se puso sobre la mesa de negociaciones fue la deuda nacional cubana, que ascendía a más de cuatrocientos millones de dólares. España se negó a aceptarla, pero al final no tuvo otra opción y la responsabilidad de la deuda la tuvimos que asumir.
           Tras el final de las conversaciones sobre asuntos cubanos, Estados Unidos también impuso que España entregaría  Puerto Rico y Guam a los Estados Unidos.
           Los negociadores se centraron entonces sobre la cuestión de las Filipinas, con los miembros de la delegación española albergando inocentemente la esperanza de ceder sólo Mindanao y las islas de Sulú, manteniendo bajo administración española el resto del archipiélago, algo a lo que los estadounidenses se negaron rotundamente.
           Tras un breve debate, la delegación estadounidense ofreció veinte millones de dólares el 21 de noviembre y exigió una respuesta en un plazo de 48 horas. Eugenio Montero Ríos se sintió insultado y dijo airadamente que él podría responder de inmediato, pero la delegación estadounidense abandonó la mesa de conferencias. Cuando las dos partes se reunieron de nuevo, la reina María Cristina había telegrafiado ya su aceptación de los términos. Montero Ríos recitó la respuesta oficial:
“El Gobierno de Su Majestad, movido por razones nobles de patriotismo y de humanidad, no asumirá la responsabilidad de volver a traer a España todos los horrores de la guerra. Para evitarlos, se resigna a la penosa tarea de someterse a la ley del vencedor, por dura que sea, y como España carece de los medios materiales para defender los derechos que cree que son suyos, se aceptan los únicos términos que los Estados Unidos le ofrecen para la conclusión del tratado de paz”.
          Se empezó a trabajar en la conclusión del tratado el 30 de noviembre y fue finalmente firmado el 10 de diciembre de 1898.


 John Hay, Secretario de Estado estadounidense, firmando la ratificación del tratado en representación de Estados Unidos


RATIFICACIÓN LEGISLATIVA
             El siguiente paso tras la firma del tratado fue la ratificación legislativa. Aunque en Madrid, las Cortes rechazaron el tratado, la Reina Regente procedió a firmarlo, habilitada a tal efecto por una cláusula en la Constitución española.
             En Estados Unidos el tratado también encontró una fuerte oposición, ya que según se discutió en el Senado de Estados Unidos, en realidad no hacía otra cosa que oficializar la sustitución de un imperio por otro y violar los principios más básicos de la Constitución de los Estados Unidos, ya que ni el Congreso ni el Presidente tenían el derecho de aprobar leyes que rigen a pueblos colonizados, si los ciudadanos de esos pueblos no estaban adecuadamente representados y participaban en la redacción de esas leyes.
            Sin embargo, el polémico tratado fue finalmente aprobado el 06 de febrero 1899 por 57 a 27 votos, tan sólo un voto más de la mayoría de dos tercios necesaria.

ACUERDOS

           Entre otros, éstos son algunos de los acuerdos a los que se llegaron en el Tratado de París de 1898.
           Se traspasa a los Estados Unidos las islas de Puerto Rico, Guam y Filipinas. En cuanto a Cuba, el Tratado dispuso que Estados Unidos "... tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que por el hecho de ocuparla, le impone el Derecho Internacional, para la protección de vidas y haciendas." El plan estadounidense con Cuba era obvio, ocupar la Isla para luego otorgarle su independencia, pero navegando bajo los intereses económicos de los Estados Unidos.
           Por virtud de dicho Tratado, tanto Estados Unidos como España renuncian a toda reclamación de indemnización por conceptos de gastos de guerra. España renuncia y cede tanto en Puerto Rico, así como en las otras islas antes mencionadas, de todos los edificios, muelles y todos los bienes que al momento del armisticio eran de su propiedad. España, por otro lado, si perdía a todas sus posesiones de más de 400 años, el mismo Tratado le otorgó la oportunidad de "establecer Agentes Consulares en los puertos y plazas de los territorios cuya renuncia y cesión es objeto de este Tratado." Además, ambos estados se concedieron la oportunidad de que su marina mercante, por diez años, tuvieran el mismo trato en cuanto a derechos de puertos. Aunque sabemos en el caso de Puerto Rico las leyes de cabotaje impidieron a los puertorriqueños utilizar otra marina que no fuera la de Estados Unidos.
           Ahora bien, hace cien años, España y Estados Unidos acordaron sin el consentimiento del pueblo de Puerto Rico, el traspasar esta Isla sin condiciones favorables a los puertorriqueños. Es decir, se acordó en su Artículo 9 que "... los derechos civiles y la condición política de los habitantes naturales de los territorios aquí cedidos a los Estados Unidos se determinarán por el Congreso". Esta cláusula es la que mantiene hoy día la discusión del asunto puertorriqueño atado al Congreso de los Estados Unidos.
          Cuba, es un asunto interesante de estudio. El Artículo 16 dispuso la intervención de los Estados Unidos en dicha Isla: "...esta intervención está limitada al tiempo que dure su ocupación en esta isla, pero al terminar dicha ocupación, aconsejarán al Gobierno que se establezca en esta isla, que acepte las mismas obligaciones." Tenemos que añadir que Cuba fue objeto de discusión en el Congreso y la enmienda Platt, la considera más bien una independencia condicionada, donde Estados Unidos se beneficiará económicamente de la producción cubana.

             Los Ministros Plenipotenciarios que negociaron este Tratado, ya mantenían desde el principio del mismo, una opinión respecto a Cuba. Esa Isla iba a ser independiente. El caso de Puerto Rico tomará un rumbo diferente al de Cuba y Filipinas. Si bien es cierto que en el Tratado de París, España renuncia a Puerto Rico, no es menos cierto que el interés de los Estados Unidos al momento de la toma el 18 de octubre de 1898, era más bien utilizar la Isla para propósitos militares y enviar un mensaje a los países europeos de que no intervinieran en las Américas. Nace pues una nueva potencia. Puerto Rico sería el puente perfecto para la defensa. El Tratado no definió de antemano el rumbo puertorriqueño en su relación política, cosa que vemos marcadamente con los propósitos sobre Cuba. Desde el principio tanto Casa Blanca como el Congreso no sabían qué hacer con Puerto Rico. Ante la presión de líderes puertorriqueños de la época como Muñoz Rivera, Barbosa y otros, Estados Unidos se vio obligado a expresarse- a medias- sobre la condición política de Puerto Rico. Se aprobó la Ley Foraker, que trae un nuevo elemento jurídico a la política isleña de "territorio no incorporado"; es decir, "pertenece a, pero no es parte de" los Estados Unidos. Como decía Luis Muñoz Rivera en sus escritos: "somos de, pero no pertenecemos a; somos de y no somos de", es de mi propiedad, pero no forma parte de nosotros. Es por ello que la Corte Suprema definió años más tarde que la relación de Puerto Rico era una relación de carácter territorial. Si eran un territorio no incorporado desde 1898, los Senadores que votaron a favor del Tratado de París y las posteriores leyes, reconocieron que Puerto Rico jamás podía ser un estado de la Unión.
           Para poder entender todo el proceso constitucional y político de Puerto Rico durante el siglo XX, el Tratado de París, es el documento base que todos aquellos que hablan de status deben conocer e interpretarlo a la luz de los acontecimientos actuales.    

FUENTES: Wikipedia y El Tratado de París: un documento de nuestra historia política, a cien años
Por Alexis O. Tirado Rivera


Muchas gracias amiga Elvira.