Hola a todos.
Para ir abriendo boca sobre el tema que nos ocupará próximamente, os transcribo un apunte que nos ha remitido nuestro compañero Joaquín.
Para ir abriendo boca sobre el tema que nos ocupará próximamente, os transcribo un apunte que nos ha remitido nuestro compañero Joaquín.
La República desde un principio tuvo unas señas de identidad propias de lo que era y pretendía, un movimiento de carácter burgués que tenía que ser el vehículo indispensable para lograr la modernización de España. La República no era un fin en sí misma, era un medio en busca de la libertad, el progreso, el laicismo y la democracia necesaria para que las clases trabajadoras lograsen su emancipación y unas cotas mínimas de justicia, ilustración y dignidad.
Sin embargo este espíritu republicano iba a estar continuamente zarandeado para ser llevado a los terrenos de la revolución en beneficio de unos movimientos radicales que muy poco o nada tenían que ver con el proyecto republicano.
Todo esto resultaba muy difícil de explicar a unas clases trabajadoras explotadas y testigos de la actitud de aquella reina de vida disoluta y que rodeada de una camarilla eclesiástica había devuelto a la Iglesia muchas de las prerrogativas que había perdido en los años anteriores a manos de Mendizábal y la Desamortización.
La Iglesia, como la Oligarquía y la Monarquía se habían vuelto el enemigo, y la clase obrera estaba dispuesta a aferrarse a cualquier indicio de cambio que prometiera romper las reglas de juego y ese cambio se llamaba REPUBLICA.
La llegada de la República no trae ni calma ni sosiego a ningún terreno. Ni al de los conservadores, que miran el nuevo régimen como una amenaza, ni al de los progresistas que no ven cumplidas sus expectativas, ni a las clases obreras que empezaron a exigirle mucho más de lo que esta podía darles.
Ya desde los primeros momentos de la proclamación, entre quienes se manifiestan por las calles con banderas y cánticos republicanos, aparecen los primeros grupos armados radicales, que no son capaces de entender el lema que se oye, pero que nadie sigue y que más que un lema es una advertencia, que dice: <<La libertad es el orden>>.
La 1ª República debe cargar también con la penosa herencia de las guerras carlistas, los problemas de independencia de las colonias de ultramar, el no reconocimiento de la mayoría de los países europeos y sobre todo tratar de encontrar un imposible equilibrio entre los intransigentes republicanos federales de izquierdas y los republicanos moderados.
El Movimiento Cantonal, que había surgido con fuerza en Cartagena y el Málaga principalmente queda sofocado, pero deja herida de muerte a la República ya incapaz de mantener gobiernos firmes y de controlar los grupos antagónicos y fragmentarios que la componen.
Después de tanto desastre la aristocracia, la Iglesia, la burguesía… suspiran por recuperar el orden y la estabilidad. Los militares también.
Los pronunciamientos de Pavía a principios de 1874 y de Martínez Campos al final abren el camino a la vuelta de los Borbones.
Estanislao Figueras, Pi i Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar fueron los 4 presidentes de este sueño que apenas duró 11 meses y que de haber salido bien podría habernos abierto las puertas de la modernidad y permitido incorporarnos al tren de Europa
PD: lo mejor de este artículo es sin duda los párrafos literales o extractados, que sin su permiso he fusilado a D. Antonio Soler
En nombre de todos, muchas gracias a Joaquín por sus aportaciones.