Recientemente hemos realizado una visita a la ciudad de Antequera y al Conjunto Megalítico de los Dólmenes. Para los que quieran saber más sobre éste conjunto megalítico y para aquellos que no pudieron acompañarnos, aquí os dejo un resumen.
Sin
lugar a dudas, Los Dólmenes de Antequera son uno de esos lugares
espectaculares de obligada visita para todos los amantes de la
cultura prehistórica y una cita fundamental para todos los viajeros.
Y es que el complejo dolménico antequerano cuenta con tres hallazgos
de especial importancia en el mundo del megalitismo español y
también europeo. Son los Dólmenes de Menga, Viera y El Romeral,
increíbles vestigios de la cultura funeraria de la Edad de Bronce en
la Península.
Situados
alrededor de tres kilómetros, a las afueras de Antequera, la
historia y el misticismo se dan la mano en el considerado mejor
conjunto dolménico de España, compuesto por los Dólmenes de Menga,
Viera y El Romeral. Estas huellas arqueológicas fueron testigo de
poblados existentes hacia el 2000 a.C. y 1800 a.C, años en que se
fechan sus construcciones, que han soportado el peso de siglos de
historia y han sido y son objeto de múltiples estudios e
investigaciones.
Uno
de los monumentos megalíticos más singulares e importantes de
Europa: el Conjunto Megalítico de los Dólmenes de Antequera. Y es
que no es exagerado definirlo con estas palabras, ya que nos
encontramos ante unos megalitos que se pueden equiparar en
importancia arquitectónica e historiográfica a otros conjuntos
megalíticos muy conocidos como por ejemplo Stonehedge en las Islas
Británicas.
Mucho
menos conocidos que su hermano británico, estos megalitos se
encuentran en Antequera (Málaga), en un cruce de caminos natural,
entre la Baja y la Alta Andalucía. Se encuentran en territorio de la
vega de Antequera, pero en elevadas posiciones que les dan unas
vistas de su entorno inmejorables. El conjunto está compuesto por
tres construcciones megalíticas: el Dolmen de Menga, el Dolmen de
Viera y el Tholos de El Romeral.
Antes
de adentrarnos en las particularidades de este conjunto veo necesario
comentar unas breves características del megalitismo en general.
El
megalitismo es un fenómeno arquitectónico que se puede rastrear a
lo largo de toda la franja atlántica, desde las Islas Británicas
hasta el sur peninsular. Es una arquitectura propia de los pobladores
de finales del Neolítico y principios del Calcolítico. Los
especialistas están de acuerdo en que es un fenómeno de carácter
funerario, ya que en estas estructuras arquitectónicas se han
encontrado inhumaciones colectivas, práctica característica de las
poblaciones de la Edad del Cobre.
Aún
se desconoce cómo se pudo extender este fenómeno arquitectónico
por un territorio tan amplio, y son frecuentes los debates sobre
quiénes fueron sus constructores y si tenían otra intencionalidad
adicional que no fuera solo la funeraria. Por una parte, algunos
investigadores defienden que son producto de sociedades inicialmente
jerarquizadas en la cual los jefes coordinan a una gran masa popular
para la construcción de los megalitos con fines de cohesión social.
Por otra parte, otro dilatado grupo de investigadores los definen
como producto de una amplia sociedad que se encuentra todavía
dividida en clanes familiares y que se reúnen para construir estos
monumentos en honor de remotos ancestros comunes. Los primeros creen
que las construcciones son obra de sociedades plenamente sedentarias
que viven cerca de estos monumentos y los utilizan, además de como
símbolo de cohesión social bajo un líder, como lugar de
enterramiento para el colectivo. El segundo grupo de investigadores
defienden que son obras realizadas por clanes seminómadas que viven
en un amplio radio del monumento y que lo utilizan con fines
ritualísticos en determinadas épocas del año (solsticios y
equinocios), donde se reúnen y celebran fiestas en honor a sus
ancestros.
Sea
como fuere, la realidad es que estos monumentos implicaron un gran
esfuerzo por parte de un colectivo amplio para su construcción y
mantenimiento, y claramente, estos colectivos enterraban a sus
difuntos al amparo de estos grandes monumentos.
Centrándonos
en su arquitectura, dentro de los monumentos megalíticos se pueden
distinguir distintas estructuras: por un lado podemos encontrar
simples estructuras monolíticas llamadas menhires que normalmente se
encuentran asociadas a estructuras megalíticas más grandes y que se
caracterizan por mantener con estos una unión visual en el
territorio. El tipo más común es el dolmen, que consiste en una
estructura megalítica formada por grandes piedras (ortostatos)
hincadas en el suelo y cubiertas por otros ortostatos de mayor tamaño
que hacen las veces de techo. Normalmente suelen tener un único
ortostato de cubierta, pero como veremos a veces, estas estructuras
se vuelven más complejas. Por último debemos nombrar a los tholoi,
estructuras megalíticas más comunes en el mundo mediterráneo que
en el atlántico, y que en vez de estar compuestas por grandes
piedras se componen de paredes de pequeñas piedras en hileras que
forman grandes estructuras megalíticas.
Una
vez hecho este repaso de las características principales de los
megalitos podemos adentrarnos en el ejemplo que nos ocupa el
artículo. Como ya he dicho antes, en Antequera tenemos tres
magníficos ejemplos de monumentos megalíticos, cada uno con sus
peculiaridades, pero todos bien documentados, excavados y con una
larga lista de interpretaciones y publicaciones.
Estas
construcciones megalíticas, reconocidas como monumentos
histórico-artísticos, forman parte de un conjunto declarado como
Zona Arqueológica por el Gobierno andaluz hace dos años. Además de
los dólmenes, conforman este conjunto el poblado calcolítico del
Cerro de Marimacho y una villa romana, extendiéndose alrededor de
más de 200.000 metros cuadrados.
Dolmen
de Menga, principal exponente de la necrópolis
El
primero de ellos es el Dolmen de Menga. Es el que se conoce primero y
tenemos documentos que hablan de él desde el siglo XVI. Es una
estructura dolménica compleja; de hecho es posiblemente uno de los
dólmenes más grandes de toda Europa. Está compuesto por un atrio
de entrada, un corredor y una cámara. Como ya había comentado
antes, normalmente los dólmenes están compuestos por un número de
3 a 6 lajas hincadas y una sola losa de cubierta. El dolmen de Menga
está compuesto por 25 ortostatos hincados en el terreno, 5
ortostatos de cubierta y 3 pilares en su interior que sostienen estos
ortostatos del techo. Como se puede observar la magnitud del
monumento es excepcional. Muchas interpretaciones ha recibido este
dolmen. Las más antiguas lo veían como un lugar de sacrificios
humanos y prácticas diabólicas; después se interpretó como una
fortaleza, como un lugar de rituales druídicos celtas y por último
como una estructura colectiva funeraria. Cada interpretación era
hija de su época, pero lo que si es cierto es que este dolmen ha
alimentado decenas de mitos a lo largo de su historia conocida y
muchos de ellos siguen aún hoy vivos, sobre todo porque el dolmen
está claramente relacionado visualmente con la Peña de los
Enamorados, una curiosa formación geológica que también es fuente
de muchos mitos en los alrededores. Este dolmen actualmente es
interpretado como una construcción funeraria y lugar de cohesión
social, tanto de un colectivo concreto, como de distintas poblaciones
que se reunirían para celebrar fiestas relacionadas con los cambios
de estaciones. Se ha fechado su construcción a finales del
Neolítico, con un uso continuo a lo largo de toda la Edad del Cobre.
Es
el único de los tres dólmenes que tiene unas inscripciones de
figuras antropomórficas, situadas en la primera losa de entrada a la
izquierda. Y es que, por todas sus singularidades, el dolmen es
considerado como uno de los más importantes de toda Europa.
Se
localiza sobre una pequeña elevación frente a la vega antequerana y
está orientado hacia la Peña de Los Enamorados, hecho que le
confiere un carácter casi excepcional. Así, llama la atención que,
mientras que la mayoría de los sepulcros megalíticos hallados en la
región andaluza se orientan directamente hacia el este, hacia la
salida del sol, el dolmen de Menga se encuentra "mirando" a
la Peña de los Enamorados. Parece que la peña pudiera ser un lugar
de ceremonias, tal como demuestran las pinturas rupestres encontradas
en ella, y la orientación, en este caso, sería una forma de rendir
tributo a este sitio.
Viera
Nuestro
segundo protagonista es el Dolmen de Viera. Se trata de otro dolmen
complejo. Se encuentra situado a escasos metros del anterior dolmen
citado y está compuesto por un corredor y una cámara cuadrada. Está
formado por 30 ortostatos hincados que forman el corredor y 4 losas
de cubierta; aunque seguramente tendría el doble, pero no se han
conservado. La cámara está compuesta por 4 ortostatos hincados y
una losa de cubierta. Los ortostatos de este monumento son más
numerosos que los del anterior pero más pequeños, y su tamaño
general también es más pequeño. Este monumento fue descubierto
oficialmente en 1903 por los hermanos Viera, de ahí su nombre,
aunque en documentos más antiguos ya se cita la posibilidad de que
existiera otra estructura cercana a Menga pero que era imposible de
explorar por ser inaccesible su entrada. De todas formas, cuando fue
descubierto, ya se pudieron identificar varios agujeros en los
ortostatos debido, sin duda, a saqueadores y cazatesoros. La historia
de las interpretaciones de este dolmen fue de la mano del anterior,
asignandosele las mismas teorías de cada época. Actualmente se
interpreta como otro monumento funerario colectivo y posiblemente con
carácter ritual. Se ha datado mediante carbono 14 su construcción
entre el 2800 y el 2600, en pleno Calcolítico antiguo.
Éste,
sí está orientado hacia la salida del sol. Se trata de un sepulcro
de galería cubierta, formada por un corredor de acceso y una cámara
de sección cuadrada a la que se accede por medio de una puerta
labrada en un monolito. El corredor, de 19 metros, se conserva
completo en un espacio formado por ocho ortostatos a la derecha y
siete a la izquierda, mientras que la cámara es una habitación
formada por cinco grandes losas, cuatro que forman las paredes y una
cobija a nivel con el corredor. Sobre todo ello descansa un túmulo
de tierra.
El
Romeral
El
último monumento megalítico que podemos encontrar en el Conjunto es
el Tholos de El Romeral. Este monumento se encuentra a unos 5
kilómetros de los otros dos, pero con una unión visual entre ellos
excepcional. Se trata de un tholos o monumento megalítico de
corredor y ‹‹falsa cúpula››. Como ya he dicho antes, este
tipo de monumentos megalíticos es inusual en la fachada atlántica y
es más característico de poblaciones mediterráneas, sobre todo del
Egeo. Su método de construcción es totalmente diferente al de los
dólmenes. Se construye con hileras de pequeñas piedras que van
formando las paredes, está compuesto por una cámara principal, una
secundaria, y corredor. Además del cambio en el material de
construcción también cambia de forma sustancial la arquitectura del
monumento, ya que la cámara es redonda y construida también con
hileras de piedras que van formando unas paredes abovedadas que dan
la sensación al final de ser una cámara con cúpula, de ahí el
nombre de ‹‹falsa cúpula›› para este método de
construcción. El monumento fue descubierto en 1905, por los hermanos
Viera y, pese a que no tenemos citas en documentos más antiguos,
también se observaron en él agujeros de cazatesoros.
El
descubrimiento de este último monumento abrió en la historia de las
interpretaciones un punto que no se había señalado antes: la
posibilidad de que estos monumentos hubiesen sido construidos por
gentes foráneas. Esto se explica porque las primeras
interpretaciones sobre el monumento utilizaban la comparativa con
otros monumentos del oriente mediterráneo, como los círculos
tumulares de Micenas, que seguían un método constructivo muy
parecido al de El Romeral. Las interpretaciones actuales descartan
que fuera construido por orientales, ya que la construcción de este
monumento es mucho anterior a los que aparecen en el Egeo. Hoy en día
se interpreta como un método constructivo evolucionado de la
estructura dolménica de sus otros dos hermanos. Esta teoría se
apoya en que la construcción de El Romeral está datada en el Cobre
Pleno, después de los otros dos monumentos pero mucho antes que los
tholoi orientales. Por último hay que decir que El Romeral también
se ha interpretado como monumento funerario colectivo.
Como
conclusión, decir que vamos a visitar unos excepcionales monumentos
megalíticos propios de nuestro patrimonio, desgraciadamente no tan
conocidos como deberían y que no tienen nada que envidiar,a
monumentos megalíticos tan importantes como el de Stonehedge en
Inglaterra.
Monumentos
de interés nacional e internacional
El
conjunto ha sido declarado como Patrimonio de la Humanidad
recientemente. Y es que las construcciones de tipo dolménico, de
grandes o pequeñas dimensiones, son comunes en la comunidad
andaluza, especialmente en las provincias de Almería, Málaga,
Huelva y Cádiz.
Así,
tanto es el interés que suscitan Los Dólmenes de Antequera, que su
valor cultural, histórico y monumental ha traspasado las fronteras
españolas para ser el centro de atención de una exposición en un
museo de Holanda. Se trata de una exposición que se celebró entre
2010 y 2011.
Fué un día estupendo; lo pasamos fenomenal y aprendimos mucho. Aquí os dejo unas fotos de la visita a la ciudad de Antequera y al conjunto megalítico. Las fotos son gentileza de nuestra amiga Elvira.
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